Los padres ucranianos, deseosos de que sus hijos asistan a clases normales más de tres años después de la invasión de Rusia, enviaron a los niños a clase el lunes en el inicio de un año lectivo que será particular, ya que la enseñanza no se impartirá de forma tradicional sino en aulas subterráneas.
Unos 17,000 niños de Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania y blanco frecuente de ataques rusos, asisten a escuelas subterráneas. Siete de estas escuelas están en funcionamiento, y pronto se abrirán más.
"Hoy, mi hijo, de primer curso, ha venido por primera vez a la escuela, una escuela subterránea, la más cercana a Saltivka del Norte", dijo Anastasia Pochergina, refiriéndose a un suburbio de la ciudad que suele estar a merced de ataques rusos.
"La escuela está tres pisos bajo tierra