El entorno de la puerta del Revellín es uno de los enclaves con más historia de Logroño. En los últimos años, la zona ha cambiado de forma considerable y próximamente sufrirá una nueva reforma.

Las murallas de la ciudad eran un elemento indispensable en el urbanismo medieval, más en una ciudad cercana a la frontera con el Reino de Navarra, como era Logroño. Las viejas murallas aún son apreciables en algunas zonas, como el edificio de la Uned y el aparcamiento colindante, junto a la torre de San Bartolomé, en la Plazuela de la Cadena y en el Cubo del Revellín. Las primeras defensas eran simples empalizadas. Además de la del Camino, aquel sistema defensivo tenía otras puertas como la de San Blas, la de Herventia o la de San Francisco.

En 1521, tropas francesas aliadas con el rey de Navarra

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