En un rincón silencioso de la Península Ibérica, donde los templos románicos se yerguen como vigías del tiempo, se ha ido tejiendo una de las iniciativas más singulares y sostenidas de conservación patrimonial en Europa. Se trata del Plan Románico Atlántico, una alianza estratégica que desde 2010 une a la Fundación Iberdrola España, la Junta de Castilla y León y el gobierno portugués en torno a un objetivo común: proteger, restaurar y revitalizar el románico rural de la frontera entre España y Portugal.

Más que un simple programa de restauración, el Románico Atlántico es un modelo innovador de cooperación público-privada y transfronteriza que ha intervenido ya en más de una veintena de templos repartidos entre las provincias españolas de Zamora y Salamanca, y las regiones portuguesas de P

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