Con la ola de calor más larga desde que hay registros, según Aemet, los fuegos se han cebado en una parte importante del Estado español en un año que se ubica en el más catastrófico en cuatro décadas, según el sistema de vigilancia europeo Copernicus. La catástrofe debería servir al menos para extraer lecciones, aunque habrá que verlo.

Más de 400.000 hectáreas quemadas, ocho personas muertas cuando luchaban contra los incendios y muy dañada la economía de muchos pueblos, convierte a 2025 en la peor temporada de incendios forestales de España en más de 30 años.

El cambio climático sí eleva el riesgo de que se produzcan y, no solo eso, sino de que sean más intensos y afecten a una mayor superficie, y también los hace más difíciles, o incluso imposibles de controlar. De hecho, estos días se

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