El mes de agosto cerró con la noticia de la detención más importante sucedida en Michoacán de Ocampo. No se necesitó ayuda extranjera, ni tampoco llegaron comandos de la Guardia Nacional. En absoluto. Quien logró este hito fue Carlos Manzo, un presidente municipal comprometido y decidido a darle seguridad a Uruapan. Juntamente con su equipo de seguridad pública logró la detención de un individuo sanguinario apodado “El Rino”. Dimensionemos el logro: se trata del jefe de plaza del cártel con mayor presencia en la nación, quizás la organización delictiva más grande de América, justamente en la segunda ciudad más mortífera del planeta durante el 2024, a la cual bañó en sangre bajo su sucia bota. Por si fuera poco, “El Rino” es el jefe de sicarios del peligroso R1, su matón de confianza.

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