He vendido justificando argumentativamente e insistiendo ante nuestra Real Academia Española (RAE) que hay una trampa léxico-semántica urdida en la construcción y en el significado del término femicidio; con el cual se ha pretendido atenuar y ocultar lingüísticamente una verdad: la muerte de las mujeres.
En el escrito que consigné ante la Real Academia Española –que fue admitido y referido a su sala de observación– sostenemos que es un desacierto lingüístico expresar femicidio para hacer saber que se comete “homicidio” contra la mujer.
Esta escogencia terminológica (que además confunde) nos luce impropia. Les digo porqué. Por cuanto, un homicidio se comete contra un hombre. Así entonces, aniquilar físicamente a una mujer no puede ser homicidio, sino Ginecocidio; del griego: Gyné, Gynaiko