Ambos venían de muy lejos, y no me refiero a la distancia entre Cataluña y Bélgica. Isla había prometido lo de "ni amnistía ni nada de eso", una expresión que parecía un eco de Sánchez cuando hizo esa otra promesa: "Haré volver a Puigdemont a España". Y Puigdemont había pronosticado que Illa haría de "gobernador civil de Catalunya" para aplicar "un 155 de baja intensidad". Solo faltó el acuerdo entre PSC y PP para arrebatar a Trias la alcaldía de Barcelona para acabar de exacerbar la hostilidad de Junts hacia el PSC. Pero en julio del 23 los electores tuvieron otros planes, y los 7 votos de Junts al Congrés los acercaron. Por eso este martes ambos han hecho de la necesidad de virtud.

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