Aceptó el reto, ese desafío de calzarse el buzo de uno de los clubes más trascendentes del planeta, tras el llamado de Juan Román Riquelme . Con el motor de su motivación, Miguel Ángel Russo se prestó a iniciar un nuevo ciclo en Boca Juniors , que por el momento navega por altibajos.

Además de la difícil tarea de hallar una identidad futbolística para calmar las aguas de la institución, que padece de anemia de resultados positivos resonantes hace unos años, el entrenador también surca por el ojo de la atención pública por su estado.

En diversas ocasiones se lo percibió con un lenguaje corporal de cansancio en el banco de suplentes, de hecho este fin de semana las cámaras lo filmaron dormitando durante el cotejo ante Aldosivi. De ese modo, los debates se multiplicaron respecto a

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