El uso de betabloqueantes es una herramienta común para el tratamiento de afecciones cardíacas, especialmente en pacientes que han sufrido un infarto. Tanto es así que se estima que más de un millón de personas los toma diariamente en nuestro país.
En principio, estos fármacos funcionan uniéndose a un receptor celular llamado beta-adrenérgico, que se encuentra principalmente en el corazón, las arterias y los pulmones. De este modo, evitan que se activen con determinados mensajes químicos del sistema nervioso que, en condiciones normales, provocarían una elevación de la frecuencia cardíaca, la tensión arterial y la contractilidad cardíaca.
Un medicamento puesto en duda
Aún así, hay que decir que hace tiempo que muchas voces en la comunidad científica vienen discutiendo el verdadero alcan