MÉXICO.- En un México que clama por justicia y transparencia, el caso de Mario Alberto Ávila Lizárraga emerge como un recordatorio de los vicios que aún persisten en nuestras instituciones. La Fiscalía General de la República (FGR), con el apoyo de la Guardia Nacional y el Ejército, cateó una lujosa propiedad en la exclusiva zona de Lomas del Castillo, en San Francisco de Campeche.
¿El propietario? Nada menos que Mario Ávila, exfuncionario de Pemex y excandidato a la gubernatura de Campeche por el PAN en 2009. Este operativo, que sacudió la tranquilidad de la noche campechana, no fue un hecho aislado, sino el reflejo de un escándalo transnacional que pone al descubierto una red de corrupción que ha manchado el nombre de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Ávila, de 61 años y residente legal en