Hasta hace relativamente poco, si no se te daba bien escribir, lo tenías bastante difícil en muchos ámbitos. Tus ensayos de las clases de secundaria o de la universidad, por ejemplo, seguramente no recibirían las mejores calificaciones, incluso si el contenido era excelente. Y lo mismo se puede decir a la hora de redactar comunicaciones empresariales o correos electrónicos profesionales: una mala redacción sencillamente lo desluce todo.
La escritura es transversal a todo tipo de disciplinas, y por eso dominarla siempre ha sido un gran punto a favor. Pero esto no siempre ha sido justo. Para quienes no han tenido nunca el don de la expresividad y, en cambio, sí que son hábiles en sus respectivas disciplinas, esas carencias a la hora de escribir se pagaban muy caras… hasta ahora. Actualmente