El último sábado de agosto, el penal de Cajamarca se convirtió en escenario de terror. Un grupo de internos del pabellón 5 se amotinó y tomó como rehenes a dos agentes de seguridad, desafiando a la autoridad y poniendo en riesgo la vida del personal penitenciario. La respuesta del Estado fue inmediata y contundente: quince presos de alta peligrosidad fueron trasladados al penal de Challapalca , en Tacna , conocido por su régimen cerrado y condiciones extremas.

La medida, dispuesta por el ministro de Justicia, Juan José Santiváñez, y ejecutada por el presidente del INPE, Iván Paredes Yataco, tuvo como objetivo principal imponer disciplina y cortar de raíz los actos ilícitos que, según las investigaciones, se estaban organizando desde dentro del penal cajamarquino.

El operativo fue d

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