Entre ruinas sumergidas y humedales vibrantes, la laguna Epecuén en Adolfo Alsina y la localidad de General Lavalle despliegan paisajes donde la biodiversidad aún resiste lejos de los grandes circuitos turísticos, con eventos naturales de inigualable belleza.

Dos destinos que invitan a sumergirse en la poesía de la naturaleza bonaerense, entre flamencos, espejos de agua y estuarios vivos.

Amanecer entre espejos rosados en laguna Epecuén

Cuando los primeros rayos del sol rozan las orillas de la laguna Epecuén, la escena parece suspendida en el tiempo. En las aguas quietas, salinas y brillantes, el movimiento lento de cientos de flamencos tiñe el paisaje de matices rosados y blancos, como pinceladas sobre un espejo.

Ubicada junto a la ciudad bonaerense de Carhué, a 520 kilómetros de la C

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