Es cerca del mediodía y afuera no hay sino fieras motorizadas que prolongan el ruido de esa jungla de asfalto y un calor francamente apabullante. Dentro, entre pantalla, apenas unos minutos después de la hora acordada aparece en la pantalla el cuerpo humano que habita la voz de Andrés Cota Hiriart (Ciudad de México, 1982), zoólogo y escritor, otrora conductor del Masaje cerebral y del programa de televisión de la Revista de la Universidad, así como divulgador científico, y, sobre todo, hijo único.
El saludo toma, naturalmente, una forma extraña. Se metaformosea en un intercambio ñoño sobre las notas al pie de página que, ante la curiosidad de quien lee, resulta un suplicio de escándalo tener que ir a las últimas páginas a consultar lo que a otros ni siquiera les importa que exista.
Pero