Fue anoche y el delincuente mientras era perseguido se iba descartando de lo que había alcanzado a sacar de la cabina del vehículo.
Posteriormente, los damnificados llamaron por teléfono a la policía dando cuenta lo ocurrido y avisando de que tenían al autor del robo reducido.
El ladrón se había metido a un Ford Fiesta que se encontraba estacionado en la calle Pellegrini al 100 y cuando los damnificados volvían al auto lo vieron, lo corrieron y atraparon.
Fue alrededor de las 22 y el frustrado maleante se había apoderado de dos costosos celulares, a los que terminó arrojando a la vía publica momentos antes de ser aprehendido en la calle Rondeau, a la vuelta de la rotisería. Tiene 30 años y hasta hoy a la mañana estaba preso.