Parece una pesadilla y, sin embargo, ocurre. Le pasó, por ejemplo, a una mujer alemana, a quien desconocidos le robaron fotos de desnudos de su nube y las difundieron en sitios pornográficos. El contenido, que muestra a la víctima y a su pareja, incluso se puede encontrar en Google con su nombre real, porque una imagen del documento de identidad también estaba guardada en la nube.
La mujer recurrió a HateAiD, una organización sin fines de lucro que ayuda a personas afectadas por la violencia digital. A través de ellos contactó a varios sitios web y reportó más de 2000 URL que se pueden encontrar a través de la herramienta de búsqueda de imágenes. Si bien Google suele eliminar los resultados de las búsquedas, las imágenes y los videos siguen apareciendo, al igual que los