A bordo de su bicicleta, como lo hacía casi a diario, Zetro Leonardo Purba llegó al frontis del edificio donde residía en Lince , alrededor de las 7 de la noche del lunes 1 de septiembre.
Todos —familiares, vecinos o incluso quien pudiera haber estado vigilándolo— conocían su rutina. Tras finalizar sus labores en la Embajada de Indonesia en Perú , solía desplazarse en aquel vehículo desde la sede diplomática en San Isidro , aprovechando el recorrido como ejercicio.
Según testigos, cuando se encontraba cerca del departamento que había convertido en su hogar y el de su familia desde su llegada al país, hacía cinco meses , su esposa bajó hasta el lobby para recibirlo.
Sin embargo, no logró acercarse a él. Apenas Zetro se detuvo, un sicario se aproximó y le disparó en tres ocasio