La incertidumbre fiscal en torno a los presupuestos de los Gobiernos ha provocado una conmoción en los mercados de deuda en Francia , Países Bajos , Italia en apenas días. Y ahora Reino Unido se une a la fiesta. Los tipos de interés del gilt británico a largo plazo, el apodo para los bonos del Estado, se han disparado hasta niveles no vistos desde el año 1998 este martes. Los inversores huyeron de sus inversiones en la deuda pública británica este martes mientras la preocupación acerca de la solidez del Gobierno laborista de Keir Starmer se agitaba. 

El éxodo histórico se puede explicar por el terremoto político que acecha al Partido Laborista. Los mercados temen por la trayectoria fiscal del país bajo el Gobierno de Starmer, que se caracteriza por un alto nivel de endeudamiento, inflación y una confianza muy baja por parte de los inversores. Estos miedos también han contagiado a la libra esterlina, la moneda del país, que ha caído por debajo de los 1,34 dólares a lo largo del día. 

En concreto, han tomado el nombramiento sorpresa de Minouche Shafik al consejo de asesores de Starmer como un movimiento en el organigrama para debilitar la posición de Rachel Reeves , la ministra de Economía y Hacienda del país. Reeves ha estado envuelto en polémica política en la última semana tras proponer un impuesto extraordinario al sector bancario del país . Ahora, tendrá el reto difícil de elaborar un presupuesto en otoño. Para poner todo esto en contexto, el Gobierno de Reino Unido gasta más en pagar su deuda que en los sectores de Defensa o educación.

El tipo de interés del bono a 30 años ha marcado este martes el 5,7%, sellando así máximos que el mercado inglés no ha conocido desde hace 27 años. En estas ocasiones, un rendimiento superior se produce tras una oleada de ventas en los mercados, aunque también empuja al alza la rentabilidad del instrumento. Esto quiere decir que, aunque conlleva mayor riesgo de impago y deteriora su calidad, también remunera a los inversores que invierten en un instrumento menos seguro con un cupón más alto.

Esto se suma a lo que se puede calificar como la peor semana para los mercados de bonos a escala mundial . Las tensiones políticas agravadas por la guerra comercial de Washington , además de los propias incertidumbres financieras que afrontan los países del Viejo Continente , han empujado a la baja las rentabilidades de la renta fija en apenas los primeros dos días de septiembre. Lo que comenzó como un castigo mundial en los mercados de deuda contagió de forma veloz a la renta variable mundial , desde Europa hasta Norteamérica. 

Por un lado, el voto de confianza al que se someterá el Gobierno del primer ministro francés, François Bayrou , el próximo lunes ha sellado el colapso inminente del Gobierno de Francia. Los mercados financieros ya descartan que salga adelante el voto. El país francófono ahora dispone de la prima de riesgo más alta de toda la eurozona.  Luego, en Estados Unidos, la toma de control político de la Reserva Federal (Fed) cada vez más agresiva por parte de la Casa Blanca no ha apaciguado a los mercados, quienes temen ahora por la independencia monetaria de la Fed. Estos temores ahora se extienden más allá de Europa y han llegado al otro punto del golfo de Vizcaya, a las calles de Downing Street en Londres.