A María, utilizaremos un nombre ficticio por respeto a su verdadera identidad, la noticia le llegó esta misma semana. "Después de más de nueve años conviviendo con todo tipo de cosas ha sido una liberación" , explica a HOY ARAGÓN .
El número 48 de la calle Ramón Pignatelli , en San Pablo, era uno más de esos edificios enquistados, con un propietario inoperante, que llevaba años sin dar respuesta a las peticiones de María, la única propietaria legal del bloque.
Rodeada de okupas, la mayoría miembros de un mismo clan o familia natural de Rumanía, su día a día resultaba incómodo, no solo por cómo se comportaban sus 'vecinos', que desconocían el significado de las palabras convivencia o respeto , sino por el riesgo físico que suponía. "No cuidaban los espacios comunes; hay bas