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Esta columna fue escrita por el columnista invitado Jorge Iván Cárdenas.

El 1 de septiembre se radicó lo que pretende ser la última reforma tributaria del gobierno actual; una de las más ambiciosas de la historia de Colombia. El ministro de Hacienda anunció que no había “plan B” para financiar el presupuesto, pero en términos políticos es una reforma que no tiene opción alguna de ser aprobada.

Es casi imposible que en pleno periodo preelectoral los congresistas vayan a asumir tal responsabilidad de aumentarle los impuestos a los ciudadanos, máxime cuando se evidencia un cuestionado manejo de las finanzas públicas.

En efecto, el Presupuesto General para 2026 estará desfinanciado como mínimo en

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