La Vuelta a España vivió un hecho inusual durante la etapa 11, cuando la organización decidió detener la competencia a falta de tres kilómetros para la meta. La medida se tomó después de que se confirmara la presencia de manifestaciones pro-palestinas en la zona de llegada, lo que representaba un riesgo potencial para la seguridad de los ciclistas y del público.
La neutralización significó que no habría un ganador oficial de la fracción, aunque los tiempos serán tomados con base en la clasificación registrada justo antes de la suspensión. Entre los protagonistas del día se encontraban Tom Pidcock y Jonas Vingegaard, quienes mantenían un duelo vibrante por la victoria parcial cuando recibieron la orden de frenar su marcha.
Una decisión sin precedentes recientes
La dirección de carrera op