En un mundo donde la globalización parece homogeneizar los sabores, México se mantiene firme en la defensa de sus tradiciones culinarias.
Una de las herramientas más poderosas para lograrlo es la Denominación de Origen (DO), figura legal que protege aquellos productos cuya calidad y autenticidad están ligados de manera inseparable al territorio, el clima y la cultura de donde provienen.
Actualmente, México posee diversos productos con Denominación de Origen, que abarcan desde bebidas icónicas como el tequila, hasta joyas menos conocidas, como el chile habanero de la Península de Yucatán.
El tequila, primer producto mexicano en obtener una denominación de origen en 1974, es quizá el caso más emblemático. Se trata de un destilado, pero sobre todo de un símbolo cultural.
“Cada sorbo de te