Donald Trump, un delincuente convicto bajo un amplio escrutinio por su relación con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein, vuelve a tramar cómo desafiar los límites constitucionales de su cargo.
El plan descarado implica desplegar fuerzas federales en más ciudades estadounidenses sin consentimiento ni justificación, incluso cuando un juez federal dictaminó el 2 de septiembre que sus acciones militares anteriores en Los Ángeles fueron ilegales.
En acontecimientos consecutivos el mismo día, se determinó que el régimen de Trump “violó deliberadamente la ley federal” al desplegar tropas de la Guardia Nacional en Los Ángeles sin aprobación estatal, mientras que Trump simultáneamente anunció planes para enviar agentes federales y personal militar a Chicago y Baltimore, a pesar de obje