Si se quiere complejizar cualquier interpretación sobre el comportamiento de la economía siempre es un desafío intelectual preguntarse si, en el análisis de la coyuntura, no se está cayendo en el “sesgo de confirmación”, que es la tendencia casi natural del cerebro humano, o del “Sapiens” para quienes estén transitoriamente influidos por alguna bibliografía de moda (Harari), de interpretar la información de modo tal que confirme nuestras creencias previas.

Existen razones biológicas y evolutivas que fundamentan la tendencia. Para la vida del cazador recolector las decisiones, normalmente tomadas sobre la base de información incompleta, debían ser rápidas. No había tiempo para detenerse en cuestionamientos. Un conjunto de creencias coherentes facilitaba la acción y la supervivencia. Adic

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