La deja un enorme vacío en el mundo de la moda, pero también un legado de creaciones inolvidables que han marcado la historia de la alta costura. El diseñador italiano no solo revolucionó la sastrería y el minimalismo, sino que también se convirtió en el modisto de confianza de reinas y princesas que buscaban elegancia, distinción y sofisticación en los momentos más importantes de sus vidas.
Entre las royals que apostaron por su sello destacan dos looks que han pasado a la historia: el icónico traje blanco de la Reina Letizia para su pedida de mano y el vestido de novia de Charlene de Mónaco. Dos diseños que reflejan la esencia de Armani: estilo atemporal, detalles impecables y lujo discreto.
El traje blanco de la Reina Letizia: elegancia en estado puro
El 6 de noviembre de 2003, la