Cuando la caída del cabello deja de ser una anécdota estacional para convertirse en un problema persistente, la ciencia ofrece soluciones . Para los casos más avanzados, la medicina estética y los avances tecnológicos ponen sobre la mesa opciones como los trasplantes capilares robotizados, los microinjertos, la mesoterapia o el plasma rico en factores de crecimiento. Se trata del último recurso, un abanico de posibilidades que un especialista debe valorar de forma individualizada para recuperar la densidad perdida.
Sin embargo, un escalón por debajo de estas intervenciones se encuentran los tratamientos médicos diseñados para actuar antes. Fármacos como el , de aplicación diaria, pueden suponer un freno a la caída o, como mínimo, ralentizarla de forma considerable. Este tipo de produc