Con el penoso récord de no saber hacer goles de visitante, penúltimos en el proceso y dejando la sensación de que somos náufragos en una isla, absolutamente perdidos, la selección peruana está eliminada del mundial 2026. Ya se sabía, claro. No es novedad. Cometimos errores como si nos odiáramos, como si los dirigentes de la FPF fuesen infiltrados del enemigo y como si los mundialistas creyesen que la suerte iba a acompañarnos -así fue rumbo a Rusia- y las nuevas oportunidades serían eternas.

En ese trance, que incluyó a tres entrenadores que pensaban distinto, que tiraron abajo la idea de “cómo juega Perú” y, sobre todo, hicieron trizas el prestigio bicolor tan bien ganado hasta el 2022 -sobre todo Reynoso y Fossati-, la selección fue cayendo en el foso y está noche de jueves cerró el ata

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