“La yihad va en contra de la democracia”. Con esta rotunda frase el Estado Islámico (Daesh, Isis) define uno de sus objetivos principales al intentar imponer un “califato mundial”, en el que no cabrían más ideas que las suyas. Y lo hace para tratar de justificar el atentado mediante un terrorista suicida contra el mitin de un partido en Pakistán.
“El partido objetivo (del ataque) condena la religión y adopta el secularismo, el nacionalismo y el patriotismo en la política y la gobernanza, y los exige y promueve entre el pueblo. Cada uno de estos enfoques preislámicos contradice la religión del Islam, que se basa en la unificación”, dice del grupo al que atacó, aunque vale para todos.
Queda clara la postura de los terroristas y lo que pasaría si logran imponerse en un territorio, como hic