La aventura de Gennaro Gattuso al frente de la selección italiana comenzó por todo lo alto, con una goleada ante Estonia (5-0) cosechada en la segunda mitad que, además de recomponer la confianza de la ‘Azzurra’ para la clasificación al Mundial 2026, devolvió la ilusión a todo un país que no acude a la gran cita desde 2014.
No tenía otra opción Italia. No tenía mucho margen de maniobra Gattuso, incluso siendo su primer partido. Ganar era obligatorio para evitar el desastre y lo hizo sin paliativos. Ante un rival claramente inferior, pero en un momento delicadísimo de la historia de la ‘Nazionale’.
Dominó sin dificultad. Fue un asedio constante. Aunque Italia volvió a exhibir su gran debe. Le cuesta un mundo hacer gol. Casi una hora de ocasiones al limbo necesitó para poder desbloquearse.