Hay gente que se ahoga en un vaso de agua. Y hay gente que ante un terremoto gigantesco encuentra la sabiduría para ver por cuál rendija ingresa algo de luz. Quizás haya algo de innato en todo esto, pero también mucho de aprendido, de no dejarse llevar por la marea ni de darse por vencido y empezar a respirar agua.
No he vivido -toco madera- situaciones tan límites, no sé cómo reaccionaría. Sí me atravesaron momentos difíciles y siempre intenté que el temor no me paralizara . A eso quiero escaparle, a perder capacidad de reacción. Por alguna lógica, la primera idea que me viene a la cabeza en esos instantes es “Frená un cambio, no vas a encontrar una solución rápida y a todo”. Mejor desmenuzar el problema en varios pasos e ir resolviendo lo que se puede. De a poco, pero de manera incesa