CULIACÁN, SIN.- A un año del estallido de la narcoguerra que fracturó al Cártel de Sinaloa, el estado continúa sumido en la violencia. Las cifras oficiales confirman lo que los ciudadanos viven en carne propia: homicidios en niveles históricos, desapariciones multiplicadas y delitos patrimoniales disparados.
El Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) presentaron un balance de los últimos doce meses que dimensiona la magnitud de la crisis.
La escalada en la violencia comenzó en septiembre de 2024, cuando la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y el asesinato del político Héctor Melesio Cuén Ojeda detonaron la fractura interna del cártel y con ella una espiral de violencia sin freno. Desde entonces, la vida cotidiana cambió: familias ro