Plaza del Salvador, mediodía. Tres músicos callejeros devuelven ese monumento de la música del siglo XX –así, sin etiquetas de popular o clásica contemporánea– que es Les feuilles mortes al lugar que le corresponde, porque es el lugar en el que nació: la calle. La compuso Joseph Kosma y escribió su letra Jacques Prévert, dos creadores también sin etiquetas que se movían con la soltura entre lo popular y lo culto, en 1946 para Les portes de la nuit de Marcel Carné.
La película se abre con otra canción extraordinaria de Kosma y Prévert, Les enfants qui s’aiment, cantada en la salida del metro por unos músicos callejeros. Les feuilles mortes también se introduce como una melodía callejera interpretada por una armónica en un bar. Yves Montand la oye, le recuerda algo, apunta unas palabras sob