La noche del 4 de septiembre de 2025 quedará grabada en la memoria de los hinchas colombianos.
Tras la contundente victoria 3-0 de la Selección Colombia sobre Paraguay, resultado que aseguró el cupo directo al Mundial 2026 en Norteamérica, el capitán James Rodríguez protagonizó una de las imágenes más emotivas de la jornada: permaneció en el centro del campo del Estadio Metropolitano de Barranquilla, descalzo, pensativo y visiblemente conmovido.
El gesto desató una ola de interpretaciones y rumores. Muchos lo leyeron como una despedida simbólica de “la casa de la Selección”, escenario que ha acompañado gran parte de los triunfos del combinado nacional en la última década. Para algunos, se trató de una forma de agradecer a la afición barranquillera, que siempre lo ha respaldado en momento