A pesar de que, con frecuencia, se afirma que “la historia no se repite”, tenemos una secular afición a comparar situaciones y tratar de comprobar si, cuando menos entre ellas, existen similitudes.
La reciente reunión (viernes 15 de agosto) que ha tenido lugar entre el presidente de los EEUU, Donald Trump, y el presidente ruso Vladimir Putin, en la base militar estadounidense de Elmendorf-Richardson (Alaska), para los analistas de la geopolítica ha servido de pretexto para hacer un ejercicio de esa naturaleza comparativa. Este encuentro ha sido puesto en paralelo con el que, en febrero de 1945, tuvo lugar al sur de la península de Crimea, en la ciudad de Yalta a orillas del mar Negro.
A aquella cita convocada por el líder ruso Iósif Stalin acudieron sus dos aliados de coyuntura contra la