Hace tan solo unas semanas, en los pasillos de la Casa Rosada varios referentes del oficialismo se ilusionaban con un batacazo de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires similar al que ocurrió en la ciudad, donde el vocero Manuel Adorni desbancó al PRO en su propio bastión. El macrismo, en esta oportunidad, es un aliado para vencer a un enemigo común, el kirchnerismo.

Si bien en ningún momento se animaron a dar cifras, los principales dirigentes bonaerenses confiaban en que ganarían en casi todas las secciones electorales, aunque por poco margen, excepto en la tercera, donde se ubican municipios como La Matanza, que siempre la percibieron como el territorio más hostil para ellos.

Sin embargo, en el cierre de la campaña, que se realizó en un club de barrio de Moreno, el pre

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