Desde el mes de julio, el equipo económico definió a la situación económica actual como transitoria, signada únicamente por el riesgo electoral. Frente a dicho análisis y como respuesta, decidió atrincherarse e ir gastando una a una distintas balas interventoras para contener el tipo de cambio: vendió futuros de dólar por USD 4.000 millones, estranguló el mercado de pesos y convalidó tasas de hasta 75,6% Efectiva Anual, obligó a los bancos a encajar $5,6B adicionales en efectivo, a renovarle deuda al Tesoro a plazos post elecciones, y les prohibió a las entidades comprar dólares en el último día hábil del mes.
En la última semana coronó y usó la bala de plata: el Tesoro vendió más de USD 530 millones dólares. Priorizar el resultado electoral para evitar una devaluación llevó al tesoro