“Recuerdo que Alfonso Reyes estaba indignado por un juicio más o menos ligero y atolondrado de Ortega y Gasset sobre Goethe. Goethe era uno de los dioses de la devoción de Reyes. Entonces él formuló varias objeciones y yo le dije que por qué no las escribía. Y, entonces él, con genuino estupor, me dijo: —¡Pero ¡cómo voy a polemizar con Ortega y Gasset!—. Yo le dije: —Pero todos sabemos que usted es infinitamente superior a Ortega y Gasset—”. Jorge Luis Borges
Jorge, un amigo pueblerino, como yo, que había venido para estudiar en Mérida, durante una noche en el desaparecido Café Fililí, situado en el antiguo Olimpo, nos manifestó con tristeza que la chica a la que pretendía optó por otro estudiante que le habló bonito. Andaba de copas. Las primas del muchacho, las que daban hospedaje al ab