Una vez más, situaciones desesperadas llevan a medidas extremas. Salvar a una especie a veces implica “exterminar” otra. Lo hemos visto en Sudáfrica y su plan para aniquilar ratones , o inyectando material radioctivo en los cuernos de rinocerontes , los casos de caza al gato salvaje o el plan para exterminar medio millón de búhos . Sin embargo, a veces las cosas no salen como los gobiernos imaginan. En Japón lo saben perfectamente.
El incidente del 79. La historia comienza en el año 1979 en la isla japonesa de Amami Ōshima, ubicada en la prefectura de Kagoshima. Ese año, redescubren el conejo de Amami (Pentalagus furnessi), una especie endémica y considerada un "fósil viviente" debido a su antigüedad evolutiva. Antes del hallazgo, se pensaba que el conejo estaba al b