La muerte de un niño siempre desgarra, pero hay historias que dejan heridas aún más profundas. La de Leonel Francia, de apenas 11 años, es una de ellas. Y no solo porque su vida se cortó abruptamente y de manera sangrienta, sino porque la principal sospecha es que fue asesinado por su mamá.
Este viernes, en la Sala I del Tribunal de Juicio del distrito Centro de Salta, Lidia Raquel Cardozo —imputada por homicidio calificado por el vínculo y lesiones leves calificadas por el vínculo— declaró ante los jueces Leonardo Feans, Martín Pérez y Francisco Mascarello. Era su turno, después de semanas en las que las voces predominantes habían sido la de vecinos, docentes, familiares, psicólogos y profesionales de la salud que, uno tras otro, trazaron un retrato sombrío de la infancia de Leonel.
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