“¿Se les puede venir a buscar antes del chupinazo?”, preguntaba a las 9 de la mañana el padre de Bruno al director del colegio Juan Sobrarias de Alcañiz, David Climent, que a regañadientes daba su brazo a torcer. Al menos, durante dos horas, conocería a sus nuevos compañeros de primero de primaria y a su nueva profesora. Y es que la fiesta manda. En este centro educativo de infantil y primaria, en torno al 50% del alumnado de cursos inferiores y el 80% de los más mayores hicieron pirola por el inicio de los festejos de Alcañiz. Martes y miércoles es fiesta local.

Bruno lo tenía clarísimo: “Después de que recojan a mi hermano de la guardería nos vamos para el chupinazo”, afirmaba mientras alucinaba con el aula de primaria: “Es muy divertido, hay una pantalla para ver películas”.

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