Érase una vez, en los meses previos a un proceso electoral, destinado a la escogencia de los rectores de los poderes ejecutivos, que María Marcano punteaba los sondeos internos de opinión realizados por el PSUV.
A pesar de gozar de gran aceptación y estar de primera con bastante holgura, los centros decisorios, conocidos coloquialmente como cogollos, tuvieron la última palabra.
La lideresa acarició la nominación y se veía entronizada, cuando los acuerdos del partido de gobierno la hicieron a un lado, condenándola al ostracismo político.
Cuenta la historia que su rebeldía manteniéndose como candidata del PSOEV, le pasó factura.
Cierto o no, 8 años después, en 2021 lista para gobernar, aquella augusta decisión, ese acto de irreverencia, se trajo a la mesa costándole la postulación
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