El 11 de septiembre, la Diada, es para el nacionalismo la fecha que todo lo explica, el punto de inflexión que llevó a Cataluña, desde Felipe V hasta la actualidad, a desear la independencia de España.

Seguramente, en una prueba de historia entre alumnos catalanes, esta sería la pregunta que todos contestarían, y lo harían con respuestas casi idénticas. Les explicarían que ese día de 1714, Cataluña perdió su libertad, sus instituciones propias, se prohibió el catalán, se endurecieron aún más las restricciones de comercio con América, miles de catalanes murieron defendiéndola –muchos de ellos enterrados en el Fossar de les Moreres–, y que el héroe que intentó evitar la derrota fue Rafael Casanova.

Para todos y cada uno de esos argumentos que sustentan el agravio que, hasta la fecha, conti

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