Un espacio dedicado a la religión y al recogimiento que, con el paso del tiempo, ha sido «tomado» por la Justicia y los tribunales. Atrás queda el convento, diseñado por el francés François Carlier, aunque debido a un viaje de este a Parma, fue Francisco Moradillo quien lo remató. Las obras, comenzadas en 1750, apenas duraron siete años, inaugurándose templo y convento en 1758, con solemnes ceremonias. Un lugar que debe su importancia a la determinación de la reina Bárbara de Braganza para colegio y residencia de jóvenes de la nobleza, siendo enterrado en la iglesia el rey Fernando VI así como la propia reina fundadora, su esposa. La monarca murió en el Palacio de Aranjuez antes que el rey y ambos fueron enterrados en la iglesia del convento dentro de un mausoleo diseñado por Sabatini. Des

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