Una frase frecuente entre los madrileños más castizos es que "el Centro está perdiendo su esencia". Turistas, negocios nuevos que sustituyen a los de toda la vida... Pero hay pequeños rincones escondidos -o muy escondidos- que siguen conservando la historia de la capital. Y en la calle Pretil de Santisteban, 3, hay uno de esos lugares: la Capilla de la Cuadra de San Isidro. Un pequeño espacio de 42 metros cuadrados en la planta baja de una comunidad de vecinos guarda la cuadra donde San Isidro Labrador dejaba sus bueyes de labranza.
"Pasas por aquí y no te imaginas que está dentro", explica un vecino de la comunidad. Por ello, el Ayuntamiento ha colocado una placa en la puerta, para invitar a los madrileños a conocer el lugar donde tanto tiempo pasó su patrón. La capilla es pequeña, "reco