Madrid no existe. Es un síntoma . Una idea. Un espantajo. Una coartada. Una entelequia que no gobierna, pero a la que se acusa de gobernarlo todo. Una ciudad sin playa, sin mar y sin fronteras que no ejerce de capital, pero a la que se demoniza como si fuera un imperio. Madrid D. F ., dicen con sorna. Madrid Distrito Federal. Madrid Babilonia. Madrid extractiva. Madrid chupa-sangres. Madrid madrileñófoba.
No lo dicen los madrileños, claro está, que bastante tienen con sobrevivirse a sí mismos en una ciudad sin descanso, sin tregua, sin árboles y sin sombra. Lo dicen los otros. Los que ven en Madrid un enemigo moral . Los que convierten el kilómetro cero en un agujero negro. Los que han sustituido el discurso político por el victimismo geográfico . Y los que encuentran en la palab