Seguro conocés a alguien que no pide “un café”, sino “ un cafecito ”; que nunca llega “un poco más tarde”, sino “ un poquitito más tarde ”. Este hábito lingüístico, aunque a veces suene tierno o simpático, tiene detrás un trasfondo psicológico que explica por qué muchos lo incorporan en su manera de comunicarse.

En el lenguaje cotidiano, el diminutivo no solo indica algo pequeño. Decir “perrito” o “ratito” puede expresar cercanía, cariño o incluso suavizar lo que podría sonar demasiado brusco en su forma neutra. En ese sentido, los diminutivos funcionan como un recurso emocional más que como una descripción objetiva.

Lo que revela de la comunicación

Desde la psicología , hablar en diminutivos con frecuencia suele asociarse con:

Suavizar el mensaje: transforma lo directo en

See Full Page