Hem arribat a l'infern . Esta es la famosa frase que un labriego expresó cuando, en 1895, su azada impactó con algo metálico. Ese estallido sonoro fue el preludio del hallazgo de unos cuernos. Se trataba de los Bous de Costitx , las famosas piezas que desde el año de su descubrimiento se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Las consultas y peticiones para su regreso a la Isla han sido una constante, pero hasta la fecha no ha habido ningún cambio.
Esta ausencia notoria, este presencia incompleta (porque los Bous no están, pero se los espera), es lo que ha tratado de materializar el mallorquín Bernardí Roig en una exposición instalativa de corta duración que se ubica en el Museu de Mallorca . La muestra, que lleva por título precisamente la frase Hem arribat