El mármol blanco ha sido un símbolo de elegancia y refinamiento en el . Pero su encanto estético choca con las exigencias del día a día: requiere sellado constante, es propenso a manchas y resulta frágil frente a ralladuras y golpes. Por eso, cada vez más diseñadores y propietarios buscan materiales que combinen belleza con practicidad.
El material que está ganando terreno es el porcelánico . Gracias a una mezcla compacta y no porosa, ofrece una superficie extremadamente resistente al calor, a las manchas y a los impactos cotidianos. Al mismo tiempo, puede imitar mármoles clásicos o adoptar texturas naturales, logrando una estética cuidada sin imposiciones de mantenimiento.
La diseñadora de interiores Tami O’Malley lo resume así: "Me encanta cómo el porcelánico trae la elegancia del