La inmigración ha dejado de ser un fenómeno coyuntural en España y se ha convertido en un componente estructural de la sociedad no solo por la magnitud de los flujos migratorios, sino también por la aparición y expansión de la llamada segunda generación de inmigrantes, esto es, personas nacidas en España pero con progenitores procedentes del extranjero, según un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). En 2024, su peso entre los más jóvenes era tal que el total de población con origen extranjero –nacido fuera de España o con al menos un progenitor inmigrante– alcanzó el 36% entre los menores de 20 años y el 39% entre los menores de 5, lo que sitúa a este colectivo como una pieza fundamental del futuro demográfico, social y político del país.
El trabajo de Funcas, titulado