Así lo percibo, la eliminación de Venezuela del Mundial 2026, tras una dolorosa derrota ante Colombia y una sorprendente victoria de Bolivia sobre Brasil, marca un nuevo capítulo de frustración en la historia del fútbol nacional.
El sueño Vinotinto de la clasificación se desvaneció en el último instante, dejando un sabor amargo que resuena en cada rincón del país. Este desenlace no solo revela las deficiencias en el rendimiento del equipo que, a pesar de mostrar destellos de talento y esfuerzo, no logró materializar sus oportunidades en momentos cruciales, sino que también subraya la urgente necesidad de una reestructuración profunda en la Federación Venezolana de Fútbol.
La persistencia en mantener un cuerpo técnico extranjero ha demostrado ser ineficaz. Es imperativo considerar la opci